miércoles, 28 de diciembre de 2011

Un CUENTO para SER FELIZ

SER FELIZ


En cierta ocasión, en un encuentro de matrimonios, le preguntaron a una participante:

- ¿Te hace verdaderamente feliz tu esposo?

Este alzó ligeramente el cuello en señal de seguridad; sabía que su esposa diría que sí, pues ella jamás se había quejado durante su matrimonio. Sin embargo, la esposa respondió con un rotundo:

- No, no me hace feliz.

El esposo no sabía dónde meterse.

- No me hace feliz, continuó la esposa. Yo soy feliz. El que yo sea feliz o no, eso no depende de él, sino de mí. Yo soy la única persona de quien depende mi felicidad, yo determino ser feliz en cada situación y en cada momento de mi vida, pues si mi felicidad dependiera de alguna persona, cosa o circunstancia, estaría yo en serios problemas. Todo lo que existe en esta vida cambia continuamente. Sin embargo, a través de toda mi vida he aprendido algo: el único que no cambia es Dios. Por eso, mi pensamiento, cada día, gira en torno a esto: decidir ser feliz. A lo demás lo llamo “experiencias”; olvido las pasajeras y vivo las que son eternas: amar, perdonar, ayudar, comprender, aceptar, consolar, recordar.

viernes, 23 de diciembre de 2011

La Depresión por JabierCalle


MORIR de DEPRESION.
Quizás uno de nuestros errores consiste en querer hacer personas que no quieren ser útiles, sino importantes, por eso las escala de valores por la que caminamos, nos hace vivir una vida encadenada, sin darnos cuenta que la llave de esa cadena la tenemos nosotros.
Un amigo está entrando en una depresión, otra amiga está saliendo de ella, mientras la novia de otro está en plena depresión. He leído que en menos de cinco años la OMD, Organización Mundial de la Salud vaticina que la mayoría de las personas morirá por enfermedades neurológicas y en concreto, depresiones. Sin alarmarme, por ver el ritmo de esta vida en la que habito, me subyaga lo más próximo y lo que yo puedo hacer para evitarlo. Devoro y aprendo conceptos como si fuera a vivir eternamente y vivo como si me fuera a morir mañana mismo, para ser consciente de lo que me pasa cada minuto. Pero un minuto, tiene sesenta segundos que caminan a distinto ritmo según la ocasión y el estado de ánimo.
Si tu estas Bien yo estoy Bien, porque B + B = B, no puedo estar bien si quienes me rodean no lo están. ¿Y qué puedo hacer yo para evitarlo?
Mantengo la calma y la paciencia, evito saltarme ese semáforo en rojo ante la ausencia de coches y con la PAZ y la CIENCIA, mantengo ese equilibrio que nos siempre soy capaz de mantener. Y cual marinero en velero pongo rumbo a las cosas con las que disfruto, sabiendo que no hay ningún viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige. Mi rumbo es claro, disfrutar de las cosas que hago, pero como no estoy solo a mis acompañantes de viaje, mis amigos y allegados, les digo que la vida sólo puede ser comprendida hacia atrás, pero únicamente puede ser vivida hacia delante y pongo la mirada al frente afirmando que la vida no es un problema que tiene que ser resuelto, sino una realidad que debe ser experimentada y vivida.
¿Me estoy poniendo demasiado profundo? No lo creo…pero lo que sí creo, es en lo que creo de crear, es decir, en lo que cado uno de nosotros somos capaces de construir. Siempre es más fácil desmontar la radio para ver cómo es por dentro y luego no sobran piezas al montarla. Para salir del túnel, para empezar un gran proyecto, hace falta valentía, para terminarlo, hace falta perseverancia y no todos estamos dispuestos a combinar este coctel que no emborracha, pero si alegra.
He pasado por la depresión y me sirvió para saber que cuando estés en la cima, tus amigos sabrán quién eres. Cuando estuve abajo... supe quienes eran ellos.
Me voy dejando que mis sueños sean más grandes que mis miedos y mis acciones sean más fuertes que mis palabras.
jabier@lavisita
Puedes seguirme en Facebook y twitter @JabierCalle

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Cuento de La Campana

LA CAMPANA
----------

Para los monjes y lamas tibetanos la campana tiene un hondo sentido espiritual y forma siempre parte del ritual religioso. Había una vez un joven monje que anhelaba disponer de su propia campana y poderla tener en su propia celda, tal era su anhelo que sus compañeros lo sabían y llego a oídos del abad del monasterio. Un día le hizo llamar al joven y le dijo:
- Tengo entendido que te gustaría tener tu propia campana para ti, ¿no es así?
- Así es, venerable abad. Me gustaría poder contar con una campana para tenerla en mi celda.
- Pues te propongo una cosa, dijo el abad al monje, si limpias a fondo el monasterio y lo dispones todo perfectamente para el próximo festival religioso, que tendrá lugar en una semana, tendrás la campana que tanto deseas, te lo aseguro.
El monje sintió una gran dicha. Por fin sus sueños de poseer una campana se iban a poder hacer realidad. Con dedicación se puso a limpiar y ordenar el monasterio. Fue un trabajo duro, pero guiado en todo momento por la motivación de poder tener la campana. Unos días después, el monasterio estaba reluciente y todo había sido perfectamente ordenado. El monje suspiro aliviado !por fin había cumplido su tarea y lo había hecho a la perfección! Es verdad que se había ganado la campana.
Anochecía, y novicios, monjes y lamas efectuaron la ceremonia del atardecer. Acabada la ceremonia, cada monje se retiró a su celda. Pero el monje que había limpiado el monasterio se acerco a hablar con el abad y antes de que nada pudiera decir, este declaro:
Has hecho un trabajo excelente. Aquí tienes la campana, ahora ve a descansar que buena falta te hace.
El monje se retiro a su celda. Se sentó sobre la cama y como un muchachito ilusionado comenzó a mover la campana para escuchar su embelesante sonido. Pero la campana no sonaba, ¿cómo es posible?, se pregunto extrañado. Dio la vuelta a la campana y se dio cuenta de que no tenía badajo. Se sintió engañado. ¿Era una broma pesada del abad?, ¿quería mofarse de él? ¿no apreciaba lo suficiente el fatigoso trabajo que había llevado a cabo?. Corrió hasta la celda del abad y llamó a la puerta.
- Pasa, dijo el abad, te estaba esperando.
- Venerable lama, apenas podía creer lo que he visto hace unos instantes. Me obsequias con la campana prometida, y resulta que carece de badajo, ¿Para qué quiero una campana que no puede sonar?
- Estas indignado, ya veo -dijo serenamente el abad- Pero eres tú el que debe poner el badajo.
El monje miró al abad estupefacto.
- Sí, así debe ser. El badajo es tu claridad y tu compasión internas. No es un badajo de bronce lo que tiene importancia, sino hacer sonar la campana, (la campana maravillosa de tu mente y de tu corazón) con el badajo de tu lucidez y tu benevolencia.
Sobrecogido por la emoción, el monje dijo:
- Nunca nadie hubiera podido hacerme un regalo mejor. Gracias venerable maestro.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Jon Fano, Jorge Ibarrola y Jabier Calle Jugando a PADEL

No hay frío que pueda con el calor de los amigos por mucho viento y lluvia que se nos plante en un Otoño que se despide. Gracias a la gracia, descoordinación y entrega que Jon hace a casi todo lo que encara, sumado con la paciencia, tesón y buenas formas de Jorge aporta con su bondad la pista de Padel se convirtió en el sito más confortable y acogedor durante la hora que estuvimos esquivando a la pelota. Jon se convirtió en la medalla de bronce y Jorge en el ganador de un torneo donde el premio, era pasar juntos una hora de deporte y muchas risas, como cuando Jon lanza la pelota la cancha próxima. O cuando pegas esos saltitos que nos encogen de hombros cada vez que salta la red.
Una vez más, gracias… por darme calor cuando hace frío. Gracias Jorge, gracias Jon.

jabier@lavisita.com
Puedes seguirme en FACEBOOK y Twister @jabiercalle

viernes, 9 de diciembre de 2011

ETAPA desde COMILLAS a SERDIO. Salgo de Comillas por JabierCalle

Desde COMILLAS hasta SERDIO
Era mi última etapa en esta escapada, pero la está viviendo como si fuera la primera, son más de veinte kilómetros los que separan estas dos localidades cántabras, pero con subidas y bajadas que pueden hacer más cansino el camino.
La Posada de Lumaelte, gestionada por Teresa, una mujer más cerca de los setenta que de los sesenta diría yo, si que se me ofenda, tiene la dulzura y delicadeza de las jovenzuelas adolescentes que se ríen con facilidad. Su casa, es un autentico palacio que se ha visto obligada a alquilar por los gastos que conlleva tal edificio y lo reducida que es su familia. Heredo la casa de sus padres, que en pleno centro de Comillas, es un autentico lujo. Por 25€ cama y baño que reponen mis fuerzas de la jornada anterior, refrescan mis sudores con su ducha y me sirvieron de salón comedor con una sardinas acompañadas de espárragos que improvise como cena.
El Albergue de Comillas, en contra de lo que dicen las guías estaba cerrado y en la oficina de Turismo local, www.turismocomillas.com con parcas palabras aunque amables no dan más soluciones que una triste fotocopia acompañada de un mapa que hace que te la juegues. Opte por el recurso local y me acerque al bar más próximo, pedí un café y al verme mochilero enseguida se dieron cuenta que buscaba algo, con la triple B, Bueno, Bonito y Barato. Así llegue hasta Lumaelte, C/ La Corriente, 5, Comillas Teléfono: 942720973
Como digo allí repose de la etapa y allí me desperté para encarar esta etapa. Como digo se presentaba sinuosa y la calle larga que encara la Universidad Pontificia y el capricho de Gaudí a la izquierda muestran la salida hacia el Camino de Santiago.
Por la carretera y junto a un carril de bicis, escoltado por continuo arbolado y con el roció mañanero avanzo hasta Rubarcena que alberga el campo del futbol del equipo de Comillas y con un grafiti bien trazado hace un recorrido en su fachada de los edificios más emblemáticos de Comillas.
Unos metros más allá el cartel de La Rabia, me saca una sonrisa y sigo el giro que este país y la carretera me obligan a la derecha. Entiendo ahora el por qué del nombre de esta localidad mientras atravieso una ría que con sus mezclas de agua dulce y salada recibe el nombre de La Rabia. El paisaje es bonito y digno. Hago unas cuantas fotos y sigo camino.
El andar solo, te hace preguntarte y responderte con la misma velocidad que los mensajeros llevan por las calles de Madrid. Tanta pregunta me abruma y las reposo en mi hipotálamo, mientras las otras partes de mi cerebro siguen con las suyas.
Así paso por Santana, y llego hasta El Tejo, que siendo localidades sin mucho población mantienen el encanto de los lugares norteños con hierba, arboles y espacio.
Me sorprende lo perfecto del paisaje y unos metros más descubro la cuestión, estoy dentro de un campo de Golf, que con un cartel m e indica que estamos en el hoyo 17 y junto al Green del 18. Es el campo de Golf de Santa Marina en La Revilla y ya saliendo sospecho que esta ermita que con campanario, pero sin Jesulin, perdón sin campanas tiene un hermoso árbol que nace del mismo, es increíble que dijera aquel.
Sigue presidiendo mi ruta de hoy los fríos picos de esta Europa sin euros y dotan al fondo de la imagen de una belleza espectacular. Saco pues el objetivo de mi IPhone y jugueteo con el disparador…click, click….
Oigo de continuo el chasquido de las olas y cual avión en despegue, sonorizan todo este recorrido entre La Revilla y El Sable de Meron. Debe ser la playa de Oyambre que con gran longitud acoge la muerte de la Ría de La Rabia.
Mucho del camino andado es por asfalto y para mis dos ampollas, no viene mal, pero…bajando hacia la ría de San Vicente un camino pedregoso vuelve a recordarme que tengo ampollas.
Ver una localidad desde lejos y ver que te estás acercado me hace si querer acelerar el paso. San Vicente de la Barquera, (nunca sabré quien era esta mujer, ya que lo he mirado y nada he encontrado) existía antes de que Bustamante adquiriera una fama por los pelos y los últimos votos, en esa primera edición de Operación Triunfo, pero las fotos de este buen hombre se ven por todos los lados.
Pase por el conocido puente de la Maza y por el menos de no sé qué nombre ahora, para llegar hasta el final del Puerto y hacer un “mandao” de mi amigo Txema. Pero mi gozo en un pozo, porque el Hotel Restaurante Miramar de su amiga y hermana Rosana, está cerrado de Diciembre hasta Marzo y vuelta atrás esos pasos que recorrí.
Aproveche un café local, para desayunar una buena tostada con su zumo y demás. No tuve la pericia de apuntar el nombre pero es fácil de localizar porque esta nada más pasar el puente junto a correos. Allí dos buenas mozas me trataron de maravilla.
Vuelta a los pasos andados recorrí de nuevo San Vicente de la Barquera que bullicioso y con mucho turista muestra que está vivo. Asciendo unas escaleras y siguiendo los indicadores de la flecha amarilla, llego al Albergue El Galeón donde Luis el Hospitalero me recibe con cierta somnolencia que poco a poco va dejando para hablarme de los seis años que lleve allí con su mujer y de los miles de extranjeros que pasan cada año. Este año superara los cinco mil. Con Luis hecho una charleta y sigo porque mi familia, me espera en Serdio donde finaliza la etapa y he quedado.
Las vistas siempre son dientes y algo más atractivas cuando son desde arriba, por eso ahora que fotografió este rio atravesado por el Puente de la Barquera, reflexiono lo fácil que es conocer a una persona, dándole un poco de poder, de altura, de jerarquía…
En fin sigamos con el camino que ya estoy bajando hacia La Acebosa, para ver diferentes campos o canchas del juego tan cántabro como es el Pasabolo. Ahora asciendo un poco y de nuevo bajo hasta el Hortigal, para en un suspiro decirle adiós y dar la bienvenida a la Estrada. Son poblaciones pequeñas y sin transeúntes por sus calles, pero de las que intuyo que tienen buenas fiestas y mejores gentes.
Al ir solo, el ritmo siempre es un poco más rápido y estoy sacando unas medias de siete kilómetros la hora, por lo que me he permitido paradas tranquilas y llego un poco antes sobre el tiempo previsto a Serdio, que con una rifa parroquial en medio del pueblo está lleno de bulla, jaleo y vocerío.
El alberge de peregrinos esta cerca de la iglesia, pero no a nadie. Llamo al teléfono que figura y me remiten a la Junta Vecinal, un pequeño bar donde una mujer entregada, hospitalaria y amable, siente mucho no disponer del sello para mi credencial, y me remite al bar de La Gloria que aunque su dueña está enferma, tiene unas hijas que no lo hacen mal.
Y allí mientras espero a mi familia, disfruto del ambiente y unas patatas bravas cortesía de la casa, para un peregrino que hoy ha terminado su camino.
jabier@lavisita.com
Puedes seguirme en Facebook y twitter @jabiercalle